La encuadernadora de libros prohibidos
Dora Damage sabe sabe que está en la miseria, atrapada en el Londres Victoriano entre la enfermedad de su marido. Peter, incapaz de sacar adelante la pequeña imprenta familiar, y una casera que ama la muerte con pasión: se regodea con el tormento. La presencia de su hija Lucinda hará que Dora decida encargarse de la vieja imprenta, donde trabaja el aprendiz Jack Tapster, la calavera, no sólo por la calavera negra que lleva tatuada en el brazo izquierdo, sino por su apariencia de esqueletoy su inusual suspicacia. Perseguida por los prestamistas, Dora recorre las librerías hasta que encuentra al señor Diprose y sus ediciones pornográficas -el Decamerón, Fanny Hill, o memorias de una mujer de placer, el Arts Amatoria de Ovidio-, cuyos encargos debe realizar en el más absoluto secreto, encuadernándolas con todo lujo y filigranas, destinadas a una enigmática y acaudalada sociedad denominada de los Nobles Salvajes. Hasta que ejemplar a ejemplar. Dora va conociendo que aquellos nobles forman un club vasado en compartir el conocimiento de la crueldad y de algo aún mas tenebroso. Sin Peter, sin Jack y sin el negro Din, Dora comenzará a darse cuenta de que a penetrado en el seno de una obsesión de sexo, placer y muerte a la que tendrá que hacer frente sino quiere convertirse en una piel reseca más entre sus manos Belinda Sterling falleció tres días después de acabar su primera novela, de la que escribió “En ella se conserva el contenido de mi corazón, como si lo hubiera abierto con un escalpelo para ser leído por un anatomista”