Un día, por casualidad, Annalice Mallory descubre una tumba abandonada en el cementerio material. La placa que hay sobre ella lleva un nombre Ann Alice, una fecha, 1793, y una edad: dieciocho años. ¡Los mismos que ellas! Poco después, también por casualidad, se encuentra una habitación tapiada en la mansión de los Mallory. Registrándola, Annalice halla un diario: el de...
Philippa Ewell tenía diecisiete años cuando encontró aquel recorte de prensa. Fue un mazazo: informaba de la muerte – el asesinato- de su hermana Francine, junto al barón von Gruton.